
Sabiamos que vendria la apostasía que viene del término griego “ἀποστασία” que significa salida, defección, revuelta o rebelión. Ha sido descrita como “una salida plenamente consciente» o una rebelión contra el mensaje del cristianismo o el rechazo a Cristo por parte de alguien que ha sido cristiano. Estamos dentro de una Gran Apostasía de eso no hay duda.
“Y respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe, porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo, y a muchos engañarán. Y muchos falsos profetas se levantarán y engañarán a muchos. Y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos. He aquí, os lo he dicho antes.”
San Mateo 24, 4
San Pablo también nos ha alertado sobre la Apostasía en II Tesalonicenses 2, 2-1:
Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos, que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca. Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto.
¿No os acordáis que cuando yo estaba todavía con vosotros, os decía esto? Y ahora vosotros sabéis lo que lo detiene, a fin de que a su debido tiempo se manifieste. Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente que lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio. Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca y destruirá con el resplandor de su venida.
San Pedro también nos lo recuerda en II San Pedro:
En el pueblo de Israel hubo también falsos profetas. De la misma manera, habrá entre ustedes falsos maestros que introducirán solapadamente desviaciones perniciosas, y renegarán del Señor que los redimió, atrayendo sobre sí mismos una inminente perdición.
Muchos imitarán su desenfreno, y por causa de ellos, el camino de la verdad será objeto de blasfemias. Llevados por la ambición, y valiéndose de palabras engañosas, ellos se aprovecharán de ustedes. Pero hace mucho que el juicio los amenaza y la perdición los acecha. Hermanos míos, ustedes están prevenidos. Manténganse en guardia, no sea que, arrastrados por el extravío de los que hacen el mal, pierdan su firmeza.
El papa Pablo VI hablo del tema en su homilía en el Aniversario de su Coronación el 29 de Julio de 1972:
“Una potencia hostil ha intervenido. Su nombre es el diablo, ese ser misterioso del que San Pedro habla en su primera Carta. ¿Cuántas veces, en el Evangelio, Cristo nos habla de este enemigo de los hombres?”
Nosotros creemos que un ser preternatural ha venido al mundo precisamente para turbar la paz, para ahogar los frutos del Concilio ecuménico, y para impedir a la Iglesia cantar su alegría por haber retomado plenamente conciencia de ella misma.
Nosotros sabemos que este ser oscuro y perturbador existe verdaderamente y que está actuando de continuo con una astucia traidora. Es el enemigo oculto que siembra el error y la desgracia en la historia de la humanidad».
El mismo Papa decía en la Audiencia de Noviembre 15 de 1972:
El mal no es solamente una deficiencia, sino una eficiencia, un ser vivo, espiritual, pervertido y perversor. Terrible realidad. Misteriosa y pavorosa. Se sale del cuadro de la enseñanza bíblica y eclesiástica quien se niega a reconocer su existencia; o bien quien hace de ella un principio que existe por sí y que no tiene, como cualquier otra criatura, su origen en Dios; o bien la explica como una pseudorealidad, una personificación conceptual y fantástica de las causas desconocidas de nuestras desgracias.
Nuestra doctrina se hace incierta, por estar como oscurecida por las tinieblas mismas que rodean al Demonio. Pero nuestra curiosidad, excitada por la certeza de su existencia múltiple, se hace legítima con dos preguntas: ¿Existen señales, y cuáles, de la presencia de la acción diabólica? ¿Y cuáles son los medios de defensa contra un peligro tan insidioso?
La respuesta a la primera pregunta impone mucha cautela, si bien las señales del Maligno parecen hacerse evidentes, podremos suponer su acción siniestra allí donde la mentira se afirma hipócrita y poderosa contra la verdad evidente; donde el amor es eliminado por un egoísmo frío y cruel; donde el nombre de Cristo es impugnado con odio consciente y rebelde; donde el espíritu del Evangelio es mistificado y desmentido; donde la desesperación se afirma como la última palabra, etc.
Definitivamente habria una apostasía y esta apostasía seria en la Iglesia Catòlica original, para cuya defensa llamò al doctor Joseph Ratzinger, el papa Pablo VI igual que retornar al carisma contemplativo benedictino olvidado y desplazado, ùltimo bastiòn de la iglesia primitiva.
Decía San Juan:
“Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo, salieron de nosotros pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros.”
(I Juan 2:18)
Si nosotros somos la verdadera Iglesia de Jesús, la apostasía va a ser entre nosotros, no sera entre las sectas o entre los Mormones o Testigos de Jehová, jesuitas y masones sino de todo ser humano sin distinciòn de raza, posiciòn econòmicas o social, sexo que se identifique con el espiritu del mundo, de la espalda aa SOBSOLUTO, AL SER; que desde la Edad Media son los apostatas desde el mismo momento en que decidieron no ser parte de la Santa Iglesia Católica.
La apostasía sera entre nosotros y tenemos que estar preparados. Las fuerzas del maligno ya esta actuando y lo mas terrible de todo, es que la Iglesia jerárquica no esta haciendo casi nada sobre este tema. Hay un desorden doctrinal y una franca herejía entre nosotros, que hacen aún mas triste el ver que no se tomen medidas disciplinares. Muchos Obispos miran para otro lado o lo que es peor, pretenden no ver mal alguno en los errores que se están propagando dentro de la Iglesia.
Y se concretò la apostasia de la mano de Mons. Georg Bätzing, presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, siendo Alemania un bastiòn de Lucifer con un acto programado para el día 15 de mayo cuando hizo una celebración en la que invitaron a recibir la Comunión eucarística a católicos y a protestantes que, en conciencia, se acerquen a comulgar”, alerta el presbítero.En efecto, entre el 13 y el 16 de mayo las iglesias cristianas en Alemania realizan el tercer encuentro ecuménico en el país, un evento que se realizará principalmente de modo virtual y que tiene como día central el sábado 15.
En este marco, el presidente del Episcopado y Obispo de Limburgo, Mons. Georg Bätzing, dijo que el evento a realizarse desde Frankfurt debería ser “ecuménicamente sensible” en lo que respecta a darles el sacramento de la Eucaristía a los protestantes.
Según indica CNA Deutsch, agencia en alemán del Grupo ACI, el Obispo dijo que la celebración del sábado “no se trata de la intercomunión en el sentido de una invitación recíproca general a participar en la Eucaristía y la Cena del Señor, sino que se trata de cómo tratamos la conciencia personal de los individuos cristianos católicos o protestantes”.Sin embargo, en una entrevista publicada por KNA, la agencia de los obispos alemanes, Mons. Bätzing dijo que “daría la comunión si llega alguien que cree en lo que creemos los católicos y quiere recibir el cuerpo del Señor en la fe en la presencia real de Jesucristo”.
El Obispo de Limburgo también ha instruido a los sacerdotes de su diócesis a dar la comunión a los protestantes que la soliciten.
Esto contradice lo establecido por el Código de Derecho Canónico, la ley que regula a la Iglesia Católica, que en el canon 844 señala que “los ministros católicos administran los sacramentos lícitamente solo a los fieles católicos, los cuales, a su vez, solo los reciben lícitamente de los ministros católicos”.
Una excepción a esta regla con los protestantes es si existe “peligro de muerte” y “cuando éstos (los protestantes) no puedan acudir a un ministro de su propia comunidad”.
Esta condición no ha sido mencionada por Mons. Bätzing como requisito para la recepción de la Eucaristía por parte de los protestantes.
Para el P. Hayen, darle la Eucaristía a los protestantes “es mucho más grave que la bendición a parejas homosexuales. Se trata de un agravio a la Eucaristía hecho en masa, a la presencia real de Jesucristo, que es lo más sagrado que custodia la Iglesia”.
“Sabemos que para recibir el Cuerpo del Señor, sacerdotes y fieles hemos de estar en estado de gracia. Comulgar en estado de pecado grave –afirma San Pablo– nos hace reos de muerte espiritual (1Cor 11,27), y el Código de Derecho Canónico lo declara como sacrilegio”, explica.
El sacerdote mexicano indicó que “en la Iglesia, una de las causas de la excomunión ‘latae sententiae’ –la que ocurre de manera automática al cometer ciertos delitos o pecados– es la profanación deliberada de las especies eucarísticas”.
En ese sentido, continuó, “si se profana la Eucaristía de la manera descarada en que esos obispos y sacerdotes lo pretenden hacer, millones de católicos en el mundo quedarán confundidos y escandalizados. Si hay obispos y sacerdotes que dan la sagrada Comunión a cualquier persona, incluso a no católicos, los sacramentos del Bautismo y de la Confesión pierden su sentido”.
El sacerdote cuestionó luego por qué “ese grupo de clérigos alemanes y austríacos no se retiran de la Iglesia para fundar sus propias comunidades. Quizá se sienten los nuevos reformadores y creen que permaneciendo en las filas del catolicismo podrán hacer que muchos, desde diversas partes del mundo, sigan sus propuestas. De esa manera podrían desmembrar más la unidad de la Iglesia”.
“La situación es gravísima y requiere de una intervención especial de la autoridad de la Iglesia para poner orden y evitar peores consecuencias”, aseguró el P. Hayen.
Luego de destacar que nadie quiere los cismas en la Iglesia y que “seguramente el Papa los ha invitado a dialogar y a recapacitar”, el sacerdote dijo que “el gran riesgo es que estos escándalos queden impunes y así se transmita el mensaje de que cualquiera puede hacer lo que se le ocurra en la Iglesia, al fin que nada sucede”.
“A Lutero le dieron tiempo para que se retractara. Nunca lo hizo y la sentencia de excomunión se decretó en enero de 1521, hace 500 años”, concluyó.
Estàbamos ademàs en tiempo Ascensión, lugar en Tierra Santa donde se habría producido la Ascensión del Señor a los Cielos, acontecimiento que se celebraba el jueves 13 pasado al domingo 16 de mayo.
Se trata de una celebración que usualmente tiene lugar 40 días después de la Resurrección, este acontecimiento histórico y que está ubicado a 500 kilómetros del Huerto de Getsemaní donde un colono israelí intentó el 4 de diciembre de 2020 incendiar la Basílica de todas las Naciones en Getsemaní (Jerusalén), construida sobre el lugar donde Jesús rezó antes de su pasión.
Se trata de un sujeto de 49 años que fue arrestado inmediatamente por la policía. Se indicó que ya se iniciaron las investigaciones.
El comunicado recordó que la Basílica “fue construida sobre la roca en la que el Señor Jesucristo rezó antes de su arresto y crucifixión”.
La comunidad católica estaba reunida para seguir la toma de posesión del Santo Sepulcro del nuevo Patriarca de Jerusalén, el Arzobispo italiano Pierbattista Pizzaballa. Por ello en la Basílica no había nadie, tampoco los frailes que la custodian.
Uno de los guardias de seguridad bloqueó al hombre e hizo intervenir a las fuerzas del orden.
Sobre estos lamentables hechos, el Patriarcado Latino de Jerusalén publicó un comunicado en el que se da “gracias a Dios de que el fuego haya sido extinguido rápidamente. Valoramos los esfuerzos de los jóvenes de Jerusalén que pudieron detener al atacante sin que se cause mayor daño a la iglesia. También agradecemos a la policía por su rápida acción y arresto del sospechoso”.
“También pedimos a la policía que investigue seriamente este ataque incendiario, especialmente porque parece ser motivado racialmente”, agregaron.
El comunicado recordó que la Basílica “fue construida sobre la roca en la que el Señor Jesucristo rezó antes de su arresto y crucifixión”.
Los cristianos de Tierra Santa se sienten frustrados. Así lo aseguró el administrador apostólico del Patriarcado Latino de Jerusalén, Mons. Pierbattista Pizzaballa, que se encuentra en Roma para participar en el coloquio “Tierra Santa y el Medio Oriente. Actualidad y posibles perspectivas”, organizado por la Orden del Santo Sepulcro.
En declaraciones a EWTN, Mons. Pizzaballa explicó las dificultades a las que se enfrentan las comunidades cristianas de Tierra Santa como consecuencia de la pandemia de coronavirus.
“Hemos tenido dos cuarentenas, no solo una, dos: una en primavera y otra que terminó a mediados de octubre. Ha sido muy difícil, no solo por los problemas de salud de muchas familias, sino también por motivos económicos”.
Señaló “las consecuencias de las cuarentenas sobre miles de familias, especialmente las familias cristianas, que están ahora sin trabajo y sin perspectivas. Esto ha creado una situación muy difícil para miles de familias, especialmente en las áreas de Belén y de Nazareth, pero también en Jordania, por supuesto”.
Lamentó que “las peregrinaciones están totalmente canceladas. Las fronteras están cerradas. Por lo tanto, no hay peregrinos. Y ese era uno de los principales recursos de las familias cristianas. Desafortunadamente, creo que, debido a la pandemia, no sólo en Tierra Santa, sino en todo el mundo, no tendremos una situación normal de las peregrinaciones hasta al menos dentro de un año, en que las peregrinaciones volverán a su situación anterior”.
“La situación de los cristianos palestinos es muy complicada. Hay una pobreza que va en aumento. Como suelo decir yo, el principal recurso son las peregrinaciones, y ahora las peregrinaciones están totalmente canceladas. El otro recurso es ir a trabajar a Israel, pero, debido a la cuarentena, no pueden ir. Esto ha generado una situación de gran pobreza en miles de familias, especialmente en el área de Belén”.
En ese sentido, advirtió que “se percibe entre la población una cierta frustración debido a la situación en Líbano, Siria, Irak, la pobreza en Jordania y en Palestina, la situación política entre Israel y Palestina. Todos estos elementos, que no son nuevos porque los podemos ver desde hace años, han creado mucha frustración en la población y tentaciones, tentaciones de encontrar un futuro donde sea. Tratamos de insistir, de decir a la población que deben permanecer en su tierra, porque tenemos vocación de permanencia”.
Sobre la convivencia entre comunidades religiosas y nacionales dentro de Jerusalén, sobre todo a raíz de la polémica sobre el reconocimiento de la ciudad santa como capital de Israel, afirmó que “la vida en Jerusalén es siempre igual y diferente al mismo tiempo porque hay un statu quo. Hay siempre las mismas tradiciones, que no cambian, pero la gente cambia. Por lo tanto, las actitudes cambian. Desafortunadamente, desde el punto de vista de las perspectivas políticas, la situación es de cada vez más tensión”.
Al mismo tiempo, “el aspecto positivo es que, al menos entre nosotros, cristianos, tenemos una mayor comprensión. La restauración del Santo Sepulcro es precisamente un ejemplo de que ahora somos capaces de cooperar juntos a pesar de las dificultades del pasado. También en el nivel pastoral hay una mayor cooperación entre nosotros, donde en el pasado había mucha más dificultad”.
El 23 de mayo la Iglesia celebrará Pentecostés, que es la venida del Espíritu Santo a los apóstoles, y por eso, para estar preparados, presentamos una novena en honor a la Tercera Persona de la Santísima Trinidad.
La Novena en honor al Espíritu Santo es la más antigua de todas las novenas, ya que se hizo por primera vez bajo la dirección de nuestro Señor mismo, cuando envió a sus apóstoles de regreso a Jerusalén para esperar la venida del Espíritu Santo en el primer Pentecostés.
Sigue siendo la única Novena prescrita oficialmente por la Iglesia Católica. Dirigida a la Tercera Persona de la Santísima Trinidad, es una poderosa súplica por la luz, la fuerza y el amor que tanto necesita todo cristiano, especialmente en estos tiempos difíciles.
Durante la Solemnidad de Pentecostés de 2020, el Papa Francisco indicó que “el Espíritu Santo es el fuego que quema los pecados y crea hombres y mujeres nuevos. Es el fuego de amor con el que los discípulos podrán ‘incendiar’ el mundo”.
“La fiesta de Pentecostés renueva la conciencia de que en nosotros habita la presencia vivificante del Espíritu Santo. Él también nos entrega la valentía de salir fuera de los muros protectores de nuestros ‘cenáculos’, sin caer en el descanso de una vida tranquila o encerrarnos en costumbres estériles”, agregó.
El Santo Padre, al finalizar el rezo del Regina Coeli del 31 de mayo de 2020, señaló que la humanidad necesita la acción del Espíritu Santo para salir más unida de la crisis causada por la pandemia de coronavirus.
Tenemos mucha necesidad de la luz y de la fuerza del Espíritu Santo”, afirmó el Pontífice. “La necesita la Iglesia para caminar concorde y con valentía testimoniando el Evangelio. Y la necesita la entera familia humana, para salir de esta crisis más unida y no más dividida”, subrayó.
La Solemnidad de Pentecostés, que conmemora la Venida del Espíritu Santo sobre María y los Apóstoles, cincuenta días después de la Resurrección de Jesucristo.
El capítulo dos del libro de los Hechos de los Apóstoles describe que “de repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso, que llenó toda la casa en la que se encontraban. Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos; quedaron todos llenos del Espíritu Santo”.
San Juan Pablo II al reflexionar sobre este acontecimiento en su encíclica "Dominum et Vivificantem" señaló que “el Concilio Vaticano II habla del nacimiento de la Iglesia el día de Pentecostés. Tal acontecimiento constituye la manifestación definitiva de lo que se había realizado en el mismo Cenáculo el domingo de Pascua”.
“Cristo resucitado vino y ‘trajo’ a los apóstoles el Espíritu Santo. Se lo dio diciendo: ‘Recibid el Espíritu Santo’. Lo que había sucedido entonces en el interior del Cenáculo, ‘estando las puertas cerradas’, más tarde, el día de Pentecostés es manifestado también al exterior, ante los hombres”.
Posteriormente, el Papa de la familia cita el documento conciliar “Lumen Gentium”, en el que se resalta que “el Espíritu habita en la Iglesia y en el corazón de los fieles como en un templo (cf. 1 Co 3,16; 6,19), y en ellos ora y da testimonio de su adopción como hijos (cf. Ga 4,6; Rm 8,15-16 y 26). Guía la Iglesia a toda la verdad (cf. Jn 16, 13), la unifica en comunión y ministerio, la provee y gobierna con diversos dones jerárquicos y carismáticos y la embellece con sus frutos (cf. Ef 4,11-12; 1 Co 12,4; Ga5,22)”.
La Iglesia, comunión viviente en la fe de los apóstoles que ella transmite, es el lugar de nuestro conocimiento del Espíritu Santo:
en las Escrituras que El ha inspirado;
en la Tradición, de la cual los Padres de la Iglesia son testigos siempre actuales;
en el Magisterio de la Iglesia, al que El asiste;
en la liturgia sacramental, a través de sus palabras y sus símbolos, en donde el Espíritu Santo nos pone en comunión con Cristo;
en la oración en la cual El intercede por nosotros;
en los carismas y ministerios mediante los que se edifica la Iglesia;
en los signos de vida apostólica y misionera;
en el testimonio de los santos, donde El manifiesta su santidad y continúa la obra de la salvación.
La Iglesia reconoce al Espíritu Santo como santificador. El Espíritu Santo es fuerza que santifica porque Él mismo es "espíritu de santidad". La Iglesia nacida con la Resurrección de Cristo, se manifiesta al mundo por el Espíritu Santo el día de Pentecostés. Por eso aquel hecho de que "se pusieron a hablar en idiomas distintos", para que todo el mundo conozca y entienda la Verdad anunciada por Cristo en su Evangelio.
La Iglesia no es una sociedad como cualquiera; no nace porque los apóstoles hayan sido afines; ni porque hayan convivido juntos por tres años; ni siquiera por su deseo de continuar la obra de Jesús. Lo que hace y constituye como Iglesia a todos aquellos que "estaban juntos en el mismo lugar" (Hch 2,1), es que "todos quedaron llenos del Espíritu Santo" (Hch 2,4).
Todo lo que la Iglesia anuncia, testimonia y celebra es siempre gracias al Espíritu Santo. Son dos mil años de trabajo apostólico, con tropiezos y logros; aciertos y errores, toda una historia de lucha por hacer presente el Reino de Dios entre los hombres, que no terminará hasta el fin del mundo, pues Jesús antes de partir nos lo prometió: "…yo estaré con ustedes, todos los días hasta el fin del mundo" (Mt. 28,20).
El viernes 4 de diciembre 2020, Mons. Pierbattista Pizzaballa, realizó una entrada solemne en la Basílica del Santo Sepulcro y tomó posesión de su Sede como Patriarca Latino de Jerusalén.
El Patriarcado Latino de Jerusalén informó que la ceremonia, así como ha sucedido en ocasiones previas a lo largo del 2020, se limitó a muy pocos participantes y funcionarios debido a lo que podría convertirse en una tercera ola de COVID-19 en azotar el país.
“No puedo dejar de experimentar sentimientos de miedo ante una misión que excede mis capacidades. Pero acepto esta nueva obediencia, que deseo cumplir con alegría. Sin duda, es una cruz, sino una cruz que lleva fruto de la salvación cada vez que se abrazó con alegría”, dijo el Patriarca Pizzaballa.
“La Cruz del Hijo de Dios, levantada a solo unos metros de aquí, ha dado sentido a todas las cruces del mundo”, agregó.
Con una máscara facial y una mitra de obispo, el nuevo Patriarca Latino de Jerusalén ingresó en la Iglesia del Santo Sepulcro, que contiene la tumba de Cristo y el lugar de la crucifixión. Le seguían en procesión el clero y un grupo de laicos.
Luego, oró en la tumba de Cristo antes de ofrecer algunos comentarios durante la ceremonia, que se transmitió en vivo.
“Aquí estamos, frente a la tumba vacía de Cristo, el corazón de nuestra fe y de nuestra comunidad cristiana. Es una tradición aquí en nuestra Tierra, que al comienzo de un nuevo camino eclesial, nos unimos en este Lugar Santo, para recordar la Pascua en cualquier época del año litúrgico. No hay comienzo, no hay iniciativa eclesial, no hay proyecto que pueda existir fuera de la experiencia pascual”, dijo el Patriarca Pizzaballa.
Agregó que “‘celebrar la Pascua’ significa dar la vida por amor”. “Y esto es particularmente cierto para nuestra Iglesia en Jerusalén, que tiene esta vocación y misión específicas de vivir a la luz de la Pascua”.
“Nos enfrentamos a enormes problemas económicos y sociales, agravados aún más por la pandemia en curso. Esperamos poder decir una palabra clara y pacífica sobre la política, que a menudo es frágil y miope, pero que pesa mucho en la vida de todas nuestras familias”, dijo Mons. Pizzaballa.
El Patriarca vive en Medio Oriente desde 1990. El italiano se trasladó a Tierra Santa poco después de su ordenación sacerdotal como franciscano para estudiar teología bíblica en el Studium Biblicum Franciscanum de Jerusalén. De allà vinieron los franciscanos Raffaelle Angelisantti, Giuseppe Napoli a vivir en Venezuela
Luego se desempeñó como Vicario del Patriarca Latino de Jerusalén para el cuidado pastoral de los católicos de habla hebrea en Israel, y supervisó la publicación del Misal Romano en hebreo en 1995.
Anteriormente, había sido Custodio de Tierra Santa y Guardián del Monte Sión desde mayo de 2004 hasta abril de 2016. Fue nombrado administrador apostólico sede vacante del Patriarcado Latino de Jerusalén el 24 de junio de 2016.
El Papa Francisco lo nombró nuevo Patriarca Latino de Jerusalén en octubre de 2020. En noviembre, Mons. Pizzaballa viajó a Galilea y la llanura de Sharon para encomendar su misión a la oración de las órdenes religiosas contemplativas en Tierra Santa.
El Patriarca regresó a la Iglesia del Santo Sepulcro en la mañana del 5 de diciembre para ofrecer su primera Misa Pontificia.
“No puedo dejar de experimentar sentimientos de miedo ante una misión que supera mis capacidades. Pero acepto esta nueva obediencia, que deseo cumplir con alegría. Ciertamente es una cruz, pero una cruz que da fruto de salvación cada vez que se la abraza con alegría”, dijo Mons. Pizzaballa.
Finalmente, hizo un llamado de oración a los fieles por su nueva misión: “Queridos hermanos y hermanas, los invito a orar por mí y por nuestra amada Iglesia en Jerusalén, para que pueda liderarla, servirla y amarla con un corazón indiviso”.
“Desde este Lugar Santo, el Señor Resucitado repite las palabras que dirigió a las mujeres el día de la Resurrección: 'No temáis; ve y dile a mis hermanos '… Estas son las palabras de Cristo Resucitado y deben resonar siempre en nuestro corazón. No estamos solos, ni somos huérfanos, no debemos tener miedo. Estamos seguros de que el Señor Resucitado una vez más nos llenará de Su Espíritu Santo y nos hará testigos valientes de Su amor en Su Tierra”, añadió.
El Patriarca latino de Jerusalén, Mons. Pierbattista Pizzaballa, calificó el posible viaje del Papa Francisco a Irak como “una decisión valiente” y un “gesto hermoso de solidaridad”.
De los 300.000 católicos de Tierra Santa -ya que el Patriarcado latino incluye los territorios de Jordania, Israel, Palestina y Chipre- destacó que este año en la región se vivirá la Navidad “en forma reducida, íntima, en clima de familia” porque “no será posible tener las celebraciones a nivel normal ni tampoco las condiciones económicas en las familias permiten festejar en grande”.
Así lo indicó el Arzobispo este 15 de diciembre durante un encuentro online con periodistas organizado por la Asociación ISCOM.
“La decisión es valiente, sea por la situación política en Irak que, por la situación de la pandemia, y es un gran desafío porque la pandemia se está desarrollando mucho y dudo que en marzo estarán todos vacunados en Irak”, dijo Mons. Pizzaballa.
Además, el Patriarca latino de Jerusalén dijo que el viaje papal a Irak “es un gesto hermoso de solidaridad con el mundo cristiano, sobre todo porque es un mundo que ha sufrido muchísimo” y añadió que, en su opinión, Irak ha sufrido “más que todos, quizá más que Siria, ya que desde hace 30 años está en continua presión”.
En un reciente comunicado,11 de mayo de 2021 el Patriarca Latino de Jerusalén, Mons. Pierbattista Pizzaballa, dijo que la violencia que ocurre estos días en Jerusalén atenta contra “la santidad del pueblo”, y llamó a tomar medidas urgentes para restaurar la paz.
En el comunicado, Mons. Pierbattista Pizzaballa dijo que “todos los responsables de las iglesias estamos ‘profundamente consternados y preocupados por los recientes episodios de violencia en Jerusalén Oriental, tanto en la Mezquita de al-Aqsa como en Sheikh Jarrah, ya que violan la santidad del pueblo de Jerusalén y la de Jerusalén como Ciudad de la Paz'”.
Desde el 7 de mayo ocurren en la Ciudad Vieja de Jerusalén, y en particular el barrio árabe, violentos enfrentamientos entre manifestantes palestinos y las fuerzas de seguridad de Israel, que han resultado en al menos 24 palestinos fallecidos, entre ellos 9 niños, más de 300 palestinos heridos y también algunos israelíes fallecidos y heridos.
El control de Jerusalén, en especial de la ciudad antigua, es uno de los motivos de disputa entre israelíes y palestinos, la mayoría de ellos musulmanes.
Esta vez los enfrentamientos ocurren luego que el Tribunal Supremo de Israel falló a favor de desalojar a decenas de familias palestinas del distrito Sheij Jarrah, barrio mayoritariamente palestino ubicado en Jerusalén Oriental, a unos dos kilómetros de la Ciudad Vieja.
Además, la policía israelí cerró las carreteras de acceso a Jerusalén, impidiendo el ingreso de buses que trasladaban musulmanes hacia la mezquita de Al Aqsa, el tercer lugar santo del islam ubicado en la Explanada de las Mezquitas, llamado también el Monte del Templo, y considerado sagrado también por los judíos.
Además, los enfrentamientos comenzaron en el último viernes del Ramadán -el mes sagrado del islam-, y a pocos días de que se celebre el Día de Jerusalén, en que grupos de judíos conmemoran con banderas la conquista de Jerusalén Este -y con ello la Ciudad Vieja-, por parte de las tropas israelíes durante la Guerra de los Seis Días en 1967.
Según reportan medios internacionales, los enfrentamientos no se han limitado a Jerusalén, sino que también se registraron en la ciudad de Haifa, al norte de Israel, y cerca de la ciudad de Ramala, en Cisjordania.
En relación a la decisión del Tribunal Supremo, Mons. Pizzaballa dijo que “el desalojo forzoso de palestinos de sus hogares en Sheikh Jarrah es otra violación inaceptable de los derechos humanos básicos y del derecho a un hogar”.
Afirmó que “para los habitantes de la ciudad, es una cuestión de justicia vivir, rezar y trabajar, cada uno de acuerdo con su propia dignidad. Una dignidad que ha sido otorgada a la humanidad por Dios mismo”.
Para el Prelado, el actual conflicto no tiene que ver con “una disputa entre particulares en torno a una propiedad”, sino que “se trata más bien de un intento inspirado en una ideología extremista que niega el derecho a existir a quienes viven en su propia casa”.
Para explicarlo, citó al “Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, que afirmó que el Estado de derecho ‘se aplica de forma intrínsecamente discriminatoria’”, y señaló que este problema “se ha convertido en uno de los puntos más críticos de las crecientes tensiones en Jerusalén en general”.
El Prelado también criticó el modo en que las fuerzas israelíes impidieron a los palestinos acudir a al-Aqsa y afirmó que “la violencia empleada contra los fieles socava su seguridad y su derecho a acceder a los lugares sagrados y a rezar en libertad”.
Mons. Pizzaballa señaló que “el derecho a acceder a los lugares sagrados también tiene un significado particular”, pues abril es uno de los tiempos más sagrados del año para los musulmanes. “A los fieles palestinos se les ha negado el acceso a la mezquita de al Aqsa durante este mes de Ramadán”, subrayó.
En ese sentido, afirmó que “estas manifestaciones de fuerza hieren el espíritu y el alma de la Ciudad Santa, cuya vocación es ser abierta y acogedora, ser un hogar para todos los creyentes, con igualdad de derechos, dignidad y deberes”.
El Patriarca Latino de Jerusalén reafirmó que históricamente, las Iglesias de Jerusalén tienen una postura “clara en cuanto a la denuncia de cualquier intento de convertir a Jerusalén en una ciudad exclusiva para cualquiera”.
Explicó que “se trata de una ciudad sagrada para las tres religiones monoteístas y, sobre la base del derecho internacional y las resoluciones pertinentes de las Naciones Unidas, también es una ciudad en la que el pueblo palestino, compuesto por cristianos y musulmanes, tiene el mismo derecho a construir un futuro basado en la libertad, la igualdad y la paz”.
Por ello, exhortó a las autoridades a proteger la Ciudad Santa y el derecho de todas las personas que la habitan. “Pedimos que se respete plenamente el statu quo de todos los lugares sagrados, incluido el complejo de la mezquita de al-Aqsa”, dijo.
“La autoridad que controla la ciudad debe proteger el carácter especial de Jerusalén, llamada a ser el corazón de los credos que derivan de Abraham, un lugar de oración y reunión, abierto a todos y donde todos los creyentes y ciudadanos, de todas las creencias y afiliaciones, pueden sentirse ‘en casa’, protegidos y seguros”, agregó.
Recordó que la Iglesia Católica es clara al sostener que “para la paz, se necesita justicia”. Por ello, advirtió que “en la medida en que no se defiendan y respeten los derechos de todos -israelíes y palestinos-, no habrá justicia y, por tanto, no habrá paz en la ciudad”.
“Es nuestro deber no ignorar la injusticia o cualquier agresión contra la dignidad humana, independientemente de quién la cometa”, señaló.
Finalmente, pidió la intervención de la comunidad internacional, las Iglesias y todas las personas de buena voluntad para “poner fin a estas provocaciones” y llamó a los fieles a seguir rezando junto al Papa Francisco por la paz en Jerusalén.
“Nos unimos en la oración a la intención del Santo Padre Francisco que espera que ‘la identidad multirreligiosa y multicultural de la ciudad santa sea respetada y que al final prevalezca la fraternidad’”, concluyó.
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